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Linkin Park – The Hunting Party

El nuevo disco de Linkin Park ya está a la venta, así que es momento de que los seguidores juzguen el trabajo de Chester y cía
Linkin Park - Hunting Party

Mucho se ha hablado del nuevo disco de Linkin Park. Y podríamos dar por hecho que casi todas las conversaciones acabaron derivando en si The Hunting Party sería otro álbum más en la estela electrónica/experimental de los últimos años o si volvería a las raíces del sonido más duro de la banda. Conforme íbamos escuchando adelantos, parece que la balanza se decantaba más por este segundo caso, así que ahora que tenemos la oportunidad, escuchemos a qué suena esta ‘fiesta de la caza’.

Antes de comenzar, hagamos caso a Chester Bennington, que hace unos días dijo que no consideraba que Linkin Park fuera nunca un grupo de metal porque eso significaría encasillarse en una etiqueta muy cerrada. Quizá si esto mismo lo hubiera dicho hace unos años, toda la discusión sobre si LP es un grupo vendido o no se habría atajado. Teniendo esto en cuenta, pinchemos al play.



Las tres primeras canciones de The Hunting Party (“Keys To The Kingdom”, “All For Nothing” y “Guilty All The Shame”) nos muestran una faceta que los viejos seguidores de la formación echaban de menos en sus últimos trabajos: que las guitarras tengan un mínimo de presencia, a ser posible con algo de ganancia (distorsión). Cada una a su manera, con más o menos brutalidad en ritmos, más o menos gritos de Chester o más o menos partes cantadas, estos tres primeros cortes encajan en la descripción que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de los ‘viejos Linkin Park’.

“The Summoning” es el primero de esos interludios que tanto ha utilizado la banda en sus últimas producciones. Se trata de una especie de introducción psicótica hacia “War”, que arranca con un riff y un ritmo muy punk. Sí, punk. Y es uno de los temás más bestias y cañeros del CD. Escuchamos a un Chester desatado y una base sonora atronadora y con ganas de romper nuestros parlantes. Incluye otro de los grandes ausentes: un solo de guitarra.

“Wastelands” rebaja algo el ritmo e introduce el lado más rapero/numetalero de Linkin Park, con Mike Shinoda encargándose de las rimas y con Chester en las voces más ‘cantadas’. Lástima que el estribillo y la estructura de la canción en general acaben resultando muy predecibles. Aun así, el baremo se queda en ‘not bad’.

“Until It’s Gone” me recuerda mucho a Amorphis por alguna razón. Quizá por comenzar con ese medio tiempo a lo “House Of Sleep”, pero luego acaba derivando en la típica canción que podríamos habernos topado en A Thousand Suns o Living Things, es decir, una especie de balada en la que Chester muestra su lado más dulce. Con sus toques de sintetizador, me parece una transición lógica para que los ‘nuevos seguidores’ no se espanten de este sonido rescatado.

Sobre “Rebellion” ya dijimos que es lo más parecido a System Of A Down que, probablemente, escucharías este año. Los chicos de Linkin Park fueron muy inteligentes al contar con el guitarrista Daron Malakian para esta canción. Ritmos y guitarreos familiares para los aficionados a SOAD y melodías pegajosas en las que participan Mike, Chester y el propio Daron para que no se pierda el componente de la casa. El tema se pone especialmente interesante a partir de la mitad más o menos, cuando a Chester le da por gritar el nombre de la canción para que a nadie se le olvide. Me hubiera gustado que el estribillo tuviera más garra, pero no es en absoluto una mala canción.



La mezcla entre muro sonoro y melodía se repite en “Mark The Graves”, esta vez con mejor atino que en “Wastelands”. Tanto la estructura, como los ritmos como las armonías son algo diferentes y ese solo de guitarra, corto pero intenso, pone el broche a un tema que juega muy bien con la dinámica entre distorsión y ‘paz’. Atentos a los screams finales de Chester.

El guitarrista de Rage Against The Machine, Tom Morello, participa en “Drawbar”, una balada, piano incluido, que recrea un ambiente muy atmosférico y etéreo. De hecho, al ser totalmente instrumental, estoy convencido de que es la intención que tuvo el grupo al incluirla en el disco. No es para nada la típica instrumental aburrida, así que siéntate y disfrútala.

Me da la sensación de que “Final Masquerade” es esa canción que odias o amas del disco. La que escuchas una vez tras otra o la que pasas sin piedad. Tiene una melodía muy fluctuante y repetitiva que, si te atrapa, te hará contonear la cabeza de un lado a otro. Si no, no aguantarás hasta la mitad.

Para cerrar el disco está “A Line In The Sand”, la más larga del álbum (6 minutos y 35 segundos). Mike Shinoda es el encargado de darnos la bienvenida con una melodía vocal muy sentida y melancólica, que acaba rompiendo en un ritmo trepidante lleno de matices progresivos de guitarra eléctrica.

¿Veredicto? Es un regreso que hará que los viejos seguidores recuperen la fe en ese grupo que triunfó con Hybrid Theory y Meteora y que no es lo suficientemente duro como para asustar a los seguidores de la última etapa. En resumen, The Hunting Party es un disco inteligente, con buenas canciones y con caña y melodía a partes iguales. ¿Se puede pedir algo más en un trabajo de Linkin Park?

Ficha

Discográfica: Warner, Machine Shop
Fecha de publicación: 13 de junio de 2014
Tres canciones fundamentales: “Guilty All The Shame”, “War”, “Rebellion”
Escúchalo: en Spotify o en Grooveshark
Cómpralo: en la tienda oficial Linkin Park, en Amazon o en iTunes

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2 comentarios
  1. Yo acabo de escucharlo y soy de esas viejas seguidoras que extrañaba ese sonido, tiene cosas diferentes y siempre una mezcla de los últimos años, pero he decir que me ha gustado, pero nunca supera a Hybrid theory XD o meteora. Igual estoy contenta que regresara a un estilo similar.

    saludos

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