Por fin pudimos ver a Dry River en Madrid. Vinieron para presentar su magnífico 2038, un disco que gira en torno al concepto de un homenaje que los Dry River del futuro recibían de ellos mismos en el pasado, aunque, viendo lo visto, en realidad, el homenaje fue para todos los que llenaron la sala Sound Stage. ¡Qué concierto!
Varios minutos después de la hora pactada, Carlos (guitarra y teclado), Ángel (voz), Martí (teclado, saxo), David (bajo), Pedro (batería) y Matías (guitarra) bajaron del segundo piso de la sala (ahí es donde están los “camerinos”) para atravesar el público y llegar hasta el escenario. Antes de subir, dejaron que Fanci, el actor que les acompaña en todos los conciertos, hiciera una presentación que empezó fuerte: “Bienvenidos al año 2038, se cumplen dos décadas del lanzamiento del disco que cambió la historia”.
Arrancaron con la sensacional “Fundido a negro”. Fanci también les acompañó, esta vez con una máscara de gas para ambientar la letra postapocalíptica del tema, y remató desplegando una pancarta justo en el momento del estribillo, que cantó toda la sala. Creo que ellos mismos se sorprendieron de la acogida, sobre todo por la reacción en sus caras. El ambiente era genial y esto acababa de empezar.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido. Desde el primer momento sonaron genial, contundentes, definidos y con buen volumen, algo que no es habitual en ningún concierto en general (siempre hay dos o tres temas que se utilizan para ajustar), pero afortunadamente se mantuvo así durante toda la actuación.
Con “Pequeño animal” se acordaron de su primer álbum, El Circo de la Tierra. El dúo de guitarras que forman Carlos y Matías es sensacional, muy compaginados y con armonías muy logradas. Y qué bien le sienta el saxo, que toca el propio Martí (teclado), en momentos puntuales para sumar riqueza y ese rollo especial que aporta este instrumento. Por cierto, y para no repetirlo continuamente, Ángel cantó de diez. Quizá sea el menos virtuoso de la formación, pero mide y explota sus recursos de manera inteligente y esta noche cumplió su papel con gran nivel. No es fácil con los musicazos que tiene alrededor.
Terminó la segunda canción de la noche y la gente ya estaba gritando “Dry River, Dry River”. Y Carlos, que compartía presentaciones y chascarrillos con Ángel entre tema y tema, bromeaba: “si estáis así ya no sé cómo va a acabar esto”.
La rockera “Rómpelo” demostró que está hecha para los directos, no sólo por lo que transmite, sino por cómo toca este grupo. Las partes instrumentales son todo un festín, una gozada independientemente de si te gusta la música progresiva o no. Su ejecución es pulcra o bruta dependiendo de cómo lo pida la ocasión, y eso es lo difícil, que suenan bien en toda circunstancia. Y lo mejor: “¿Está haciendo playback el público?”, decía Ángel al ver que el público no paraba de cantar.
“Frascos vacíos” dio un giro musical hacia lo solemne. Fanci salió con una máscara a lo Espantapájaros, y es que este tema de su CD Quien tenga algo que decir… que calle para siempre es más serio, enrevesado y no tan para pasarlo bien como otros cortes de su repertorio. A pesar de ello, lo bordaron y la gente acabó aplaudiendo.
Enseguida retomaron la senda del buen rollo con “Me pone a cien”, ese tema satírico sobre la industria musical, que en directo gana muchos enteros, y “Camino”, más heavy-progresiva y muy, muy cañera. Me gustó mucho también el feeling que le dieron a la balada “Al otro lado”, especialmente Ángel, que cantó con mucha calidez.
Un paréntesis para comentar la labor de Pedro a la batería. Es de esos músicos que a mí personalmente me fascina ver tocar. Compases raros, cambios de tempo, arreglos que mezclan jazz con metalcore… y todo ello sin despeinarse. De hecho, su semblante es más bien de calma, como quien está leyendo un libro. Y le pega duro, no es que no se esfuerce. Sencillamente es un baterista de otra galaxia. Y de verdad que no exagero, tenéis que verlo para comprobarlo.
En lo que llamaron un “popurrí del progresivo” se marcaron un medley que mezcló “Perder el norte”, “Rosas y gaviotas”, “Peán” y “¿Cuánto vales tú?”. Fue maravilloso, aunque aquí les pongo la única pega y confieso que es totalmente egoísta: “Perder el norte” y “Peán” son dos temazos que bien merecen ser tocados enteros, aunque es cierto que el tiempo es limitado y es mejor tocar un poco de todo que dejarse temas fuera. En cualquier caso, este mix refleja la sobrada de melodías y musicalidad que tienen para dar y tomar. Lógica la gran ovación que recibieron al terminar este popurrí.
Uno de los hits particulares de Dry River es “Irresistible”, en la que Ángel saca un teclado inalámbrico a lo Camela y Fanci se vuelve a subir al escenario vestido de deportista. Su gran sonrisa y coreografía contagiaron el buen rollo al respetable que, por otro lado, ya estaba más que contento, aunque un tema festivo y bailongo como este siempre vienen bien en vivo.
Empalmaron “La mujer del espejo” y “Bajo control” y con esta última la sala se caía con el ritmo y la gente gritando el estribillo. Qué barbaridad. Y para engañarnos, Ángel nos dijo que “Con la música a otra parte” era la última del set. Aprovechó para jugar con nosotros a cantar las típicas líneas de respuesta y, sí, si hubiera acabado aquí, habría sido un gran concierto.
Pero quedaba más.
Para el momento bises volvió a salir Fanci, que hizo una especie de resumen satírico del futuro diciendo que “el PP sigue gobernando con el Pequeño Nicolás de Presidente y Marta Sánchez como Primera Dama”. Y remató con “Se declaró la independencia, pero la de la Región de Murcia y no se hizo eco ningún medio”. Risas generalizadas y empezaron a tocar otro de sus temazos.
“Me va a faltar el aire” sonó espectacular. Qué canción más redonda y qué bonito ver a todo el público cantándola. Especialmente emotiva la parte del final de los coros:
El toque folk y optimista de “Cautivos” y la pegadiza “Traspasa mi piel”, que fue cantada a pleno pulmón y que aprovecharon para compartir por Facebook Live, sirvieron de remate a dos horas de genialidad musical y de comunión con el público.
Por canciones, por talento, humildad y cercanía, Dry River demostró esta noche que es una de las mejores bandas de nuestro rock. Ojalá y sigan llenando allá donde vayan. Por el bien de todos.
Setlist de Dry River en Madrid
- Fundido a negro
- Pequeño animal
- Rómpelo
- Frascos vacíos
- Me pone a cien
- Camino
- Al otro lado
- Medley (Perder el norte | Rosas y gaviotas | Peán | ¿Cuánto vales tú?)
- Irresistible
- La mujer del espejo
- Bajo control
- Con la música a otra parte
Bises
- Me va a faltar el aire
- Cautivos
- Traspasa mi piel
Puedes consultar el resto de sus conciertos confirmados en su Facebook oficial.
hemos tenido suerte con este concierto porque el grupo estuvo sobresaliente, también hay que destacar la respuesta del público a todo lo que se ofrecía desde el escenario, canciones roqueras, baladas, festivas, Fanci con sus complementos (me gustó, como mencionas, las ganas que puso en la canción “Irresistible”, si hubiera suficiente espacio dan ganas de seguir su ritmo). La próxima vez con el apoyo de los seguidores les esperamos todavía no en el Wizink Center porque hay que traerlos del futuro, pero en una sala con más capacidad, para que lo disfrute más gente, se lo merecen. Saludos.