Ya está aquí el nuevo disco de Dream Theater, A View From The Top Of The World. ¿Lo escuchamos?
Dream Theater ha sucumbido a un cierto estancamiento creativo en los últimos diez años. Es cierto que llevan mucho tiempo en esto, y que han continuado ganando la atención y los elogios del público en general; sin embargo, es justo decir que ya no se desafían o sorprenden a sí mismos o a su público tanto como solían hacerlo. La única vez que lo hicieron de verdad –The Astonishing, de 2016- resultó en su LP más polarizado desde Falling into Infinity, de 1997, y aunque A Dramatic Turn of Events, de 2011, fue fácilmente superior a sus dos predecesores inmediatos, tanto Dream Theater, de 2013, como Distance Over Time, de 2019, fueron significativamente conservadores y poco memorables.
Aunque su decimoquinto disco de estudio, A View from the Top of the World, no rectifica por completo ese problema predominante, sus muchos momentos destacados -tanto melódicos como instrumentales- lo convierten en un recauchutado mucho más excitante y loable de la fórmula ya cansada. En otras palabras, los devotos de siempre sabrán exactamente lo que están recibiendo aquí, pero el quinteto sigue manteniendo las cosas lo suficientemente atractivas y entrañables como para resultar en la colección formal más fiable y segura de Dream Theater en una década. Para ser honesto, eso es básicamente lo mejor que los fans pueden esperar a estas alturas, ¿verdad?

A View from the Top of the World es el primer álbum del grupo que se graba en su estudio oficial, DTHQ. (Por supuesto, ya se había estrenado para el LP en solitario de Petrucci de 2020, Terminal Velocity, y el Liquid Tension Experiment 3 de este año). Naturalmente, eso hizo que los procesos de composición y grabación fueran bastante rápidos y fáciles, con el cantante James LaBrie volando desde Canadá a Nueva York para poner las voces junto a sus compañeros de banda por primera vez desde Black Clouds & Silver Linings de 2009.
En cuanto a los temas y el título, LaBrie aclara que “todo se centra en la idea de empujarse intencionadamente hasta el límite (como los buscadores de emociones viven por la adrenalina de arriesgar sus vidas para hacer cosas aparentemente imposibles)”. En el camino, también tocan la exploración interplanetaria, la ansiedad paralizante y “abrazar tu lado oscuro… para poder vivir tu vida de forma más completa” (como dice Petrucci). Sin duda, son temas intrigantes para investigar, y como se ha dicho anteriormente, lo consiguen con suficientes arreglos refrescantes y ganchos atractivos para superar a su precursor.
El mayor triunfo de A View from the Top of the World es su tema final de más de 20 minutos, con el mismo nombre que el álbum. No iguala a A Change of Seasons o Six Degrees of Inner Turbulence, pero evoca su fluidez y encanto mucho más que “Illumination Theory”, de 2013. Comenzando con la mezcla estándar de Dream Theater de timbres metálicos agitados, cuernos victoriosos y delicados rasgueos de arpa, su primer movimiento es típicamente enardecedor y absorbente, con un estribillo que no puede evitar quedarse en tu cabeza.
La verdadera joya de la pieza, sin embargo, es la siguiente fase, en la que conjuran la sublime pegada y emoción de la parte “Hopeless drifting / Bathing in beautiful agony” de “A Nightmare to Remember” de Black Clouds. LaBrie canta, “Todos mis instintos naturales / Me ruegan que me detenga / Pero de alguna manera continúo / Dirigiéndome a la cima” sobre una partitura de gran clase y trascendencia – decorada por el trabajo de piano de Rudess – y es impresionante. Es cierto que el resto de la canción divaga un poco (recordando la parte instrumental extendida de “The Count of Tuscany” de Black Clouds), pero finalmente encuentra su equilibrio, concluyendo con una tensión hiperactiva y una catarsis que la consolida como un nuevo clásico en el arsenal de la banda.
Si bien el single principal -y el primer corte del álbum- “The Alien” parece un tema viejo a las primeras escuchas, sus diversos matices y secciones acaban por convencerte y se vuelven más dignos de elogio. Sí, el quinteto emplea el mismo tipo de interrupciones rítmicas irregulares y el vertiginoso trabajo de guitarra que ya han hecho en innumerables ocasiones, pero las formas en que están conectadas por intervalos vibrantes y cambios tonales permiten que la melodía sea mayor que la suma de sus partes. Del mismo modo, “Sleeping Giant” es considerablemente malhumorado y sinfónico, con ligeros toques de Yes y Rush que fusionan la estética vintage con la actitud moderna. Y la penúltima, “Awaken the Master”, fusiona magistralmente una imponente pesadez y una colorida ligereza con tal efecto que bien podría ser el hijo perdido de Train of Thought y Octavarium.
Lamentablemente, el resto de las canciones son demasiado derivadas y/o poco interesantes para tener éxito. En concreto, “Answering the Call” es una canción de metal progresivo que no tiene sentido y cuyo riff de guitarra central recuerda demasiado a “Breaking All Illusions” de A Dramatic Turns.
En cuanto a “Invisible Monster” y “Transcending Time”, ambas son casi robóticamente cliché y satíricamente familiares. Eso no quiere decir que no estén hechas con maestría -Dream Theater siguen siendo los reyes de su estilo- pero ninguna de las dos piezas hace nada especial. Si estas fueran las primeras ocasiones en que la banda se adentra en ese territorio, serían magníficas, pero no lo son. Más bien, son simplemente las últimas iteraciones de plantillas que el grupo ha explorado ya una docena de veces.
A View from the Top of the World es una clara mejora de Distance Over Time -así como de Dream Theater- pero eso es todo. Se trata de los mismos trucos y tradiciones que Dream Theater ya han grabado, pero lo hacen excepcionalmente bien, con algunos momentos realmente notables que se sitúan al lado de sus mayores hazañas en la memoria reciente.
Mientras que A Dramatic Turn of Events perdura como el mejor disco de la era Mangini (y The Astonishing merece un aplauso por ser tan audaz), A View from the Top of the World es al menos un prometedor vistazo a la posible revitalización futura de Dream Theater.
Adaptación al español de la crítica de Jordan Blum.
Ficha
Fecha lanzamiento: 22 de octubre de 2021
Discográfica: InsideOutMusic / Sony
Mejor canción: “A View From The Top of the World”
Escuchar: en Spotify, Apple Music, YouTube
Comprar: en Amazon
Portada

Listado de temas
1. The Alien
2. Answering the Call
3. Invisible Monster
4. Sleeping Giant
5. Transcending Time
6. Awaken the Master
7. A View from the Top of the World
Yo les hago una pregunta…acaso algún disco de DT les ha gustado a la primera??? Ninguno de sus discos me ha calado a la primera escucha…sin embargo casi todos con el paso del tiempo los encuentro geniales…incluso el Astonishing…Denle varias escuchas que le encontraran tesoros escondidos,,, sin ser el mejor de su discografia, lo veo muy digno para una banda con su recorrido que no tiene nada que probar e incluso en sus trabajos ¨mediocres¨ le gana por goleada a la mayoría de la competencia.
A mí “Images and Words”, “Awake”, “Scenes From a Memory” y sobre todo “Six Degrees of Inner Turbulence” me entraron a la primera, imposible sacármelos de la cabeza en la medida que los iban lanzando.
Los demás discos claro, los fui digiriendo más lento, creo que “The Astonishing” es el único que no se me queda en la cabeza, lo cual no lo hace un mal disco, solo uno que no me “habla” musicalemente.