Indestructible es el décimo y nuevo disco de House Of Lords, una de esas bandas formadas a finales de los años 80 intentando aprovechar la moda del glam y que, con el paso del tiempo, se han ido consagrando como una apuesta sólida dentro del hard rock melódico internacional aunque, eso sí, sin llegar a llenar estadios como otras compañeros de generación.
Además de llegar a los dos cifras en su discografía, Indestructible es la muestra de una formación que ya lleva unida 10 años, algo difícil estos días en la industria. En concreto, House Of Lords son: James Christian (voz), Jimi Bell (guitarra), Chris McCarvill (bajo) y BJ Zampa (batería). ¿Lo escuchamos?
Un coro barroco que va subiendo inquietantemente de tono sirve de breve introducción para “Go To Hell”, que tiene un riff principal poderoso y que enseguida da paso a la estrofa, con cierto deje árabe. El timbre de voz de James me ha recordado a Steven Tyler de Aerosmith, aunque al llegar al estribillo la influencia más clara sea Def Leppard, una de las fuentes musicales de las que más bebe House Of Lords. Es un tema directo, sin mucha complicación, pero que gustará a los seguidores del hard rock clásico. Brillante solo de guitarra y estribillo pegadizo para animar los conciertos. No me ha terminado de convencer la compresión de la voz, poco natural y nada cálida, algo que se repite en todo el CD (y que va en gustos, claro). Eso sí, para mi gusto la batería suena en su sitio y las guitarras rugen estupendamente.
“Indestructible” arranca con un ritmo de timbales sobre el que se construye el riff de guitarra, muy ochentero. El patrón armónico de la estrofa no te sorprenderá si estás acostumbrado al rock melódico, pero es realmente efectivo y entra a la primera escucha. El estribillo es muy pegadizo, clásico y tiene un arreglo de teclado bien traído. Me gusta el trabajo de guitarras, que, aunque simples, no dejan de juguetear con la melodía principal. Noto cierta influencia tanto de Guns N’ Roses como de Gotthard. ¿Os pasa igual?
Guitarras en limpio para recibir la medio tempo “Pillar Of Salt”, que tiene unos cambios cromáticos interesantes, pero que huelen demasiado a Def Leppard. No es que suene mal, pero se echa en falta algo más de originalidad. Compensamos con “100 MPH”, un cañonazo desde los primeros segundos. Tiene un riff brutal y demuestra que no hace falta un doble pedal para dar caña. En la estrofa parece que Lemmy de Motörhead está colaborando, pero no, es nuestro amigo James rasgando su voz para conseguir un efecto más motero. El estribillo, arropado por el teclado crea el ambiente perfecto para luego gritar sobre el riff principal aquello de “Hundred miles an hour”. De lo mejor del álbum.
Típico flirteo de guitarra del hard rock melódico en “Call My Bluff” y, una vez más, cierta reminiscencia a Def Leppard combinada con unos patrones de voz muy a lo Gotthard. Tiene un estribillo muy glam que te va conquistando con las escuchas. El solo de guitarra está tocado con mucho gusto. “We Will Always Be One” es una balada que recuerda demasiado a cierta banda que ya hemos mencionado. ¿Adivináis cuál? ¡Sí! Def Leppard. De hecho, me parece una mezcla entre “Hysteria” y “Love Bites”. Una vez más, no suena mal, pero no debería parecer que esto es un disco tributo cuando no lo es.
“Die To Tell” vuelve a pisar el acelerador, aunque escuchamos a una banda ciertamente contenida, como queriendo ser cañeros pero sin pasarse. La línea de bajo tiene arreglos interesantes, las guitarras están quizá algo escondidas y la voz resulta algo acomodada, como yendo a lo seguro, algo que le resta cierta credibilidad. No está mal, pero creo que nadie podrá negar que se trata de una canción de relleno.
“Another Dawn (Dance With The Devil)” enseña lo que es una banda influenciada por muchas otras, pero capaz de darle su propio sonido a los temas. Sí, sigue teniendo el sello Def Leppard, pero usa melodías, giros y arreglos que, al menos, no escuchamos tan a menudo en la banda británica. No es pegadiza, pero gana con las escuchas. Ojo al solo de guitarra, muy rockero y ejecutado con poderío. Si te gusta el AOR, probablemente sea de tus favoritas.
“Eye Of The Storm” es una de las más experimentales de la placa. Tiene un ritmo calmado, unas guitarras que intentan enfatizar la melodía de la voz, a la que le echo en falta algo de fuerza para terminar de completar una interpretación excelente. En general, destila clase y elegancia, aunque puede aburrir a los que prefieran canciones más cañeras. Para recuperar a los más rockeros llega “Ain’t Suicidal”, con un riff distinto y un estribillo pegadizo en el que, claramente, falta una segunda guitarra para que no se desinfle tanto. Seguro que gana en directo, sobre todo con esos coros finales.
Una de las más heavies del trabajo es “Stand And Deliver”, que mezcla influencias de los omnipresentes Def Leppard con algo de Whitesnake. El resultado es bastante interesante. Suena como glam rock de los 80 si le quitamos el sexo y las motos. De las que más me ha sorprendido del disco (para bien).
Conclusión
Buen disco de hard rock al que le falta creatividad o le sobra Def Leppard dependencia. Tiene riffs muy buenos, estribillos pegadizos y melodías interesantes, pero se espera algo más de personalidad en una banda que se formó hace 27 años.
Ficha
Discográfica: Frontier Records
Fecha de publicación: 3 de junio de 2015
Tres canciones fundamentales: “Indestructible”, “100 Mph”, “Stand And Deliver”
Escúchalo: en Spotify
Cómpralo: en Amazon o iTunes
Portada
Listado de temas
- Go To Hell
- Indestructible
- Pillar Of Salt
- 100 Mph
- Call My Bluff
- We Will Always Be One
- Die To Tell
- Another Dawn (Dance With The Devil)
- Eye Of The Storm
- Ain’t Suicidal
- Stand And Deliver
Gira
House Of Lords tiene confirmados pocos conciertos en lo que queda de año. Por ahora, ninguno de ellos por España o Latinoamérica. Más info en Songkick.