Hoy hablamos de:

Meshuggah – The Violent Sleep of Reason

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La banda sigue demostrando su maestría instrumental, pero les falta chispa y creatividad.
meshuggah violent sleep

El nuevo disco de Meshuggah, The Violent Sleep of Reason, lleva a la venta unas semanas. Es el octavo trabajo de la banda sueca de djent / metal extremo y lo grabaron todos los miembros en directo en el estudio (en vez de hacerlo con cada instrumento por separado).



El pensamiento de que Meshuggah ha venido publicando el mismo disco una y otra vez durante los últimos 20 años es algo con lo que no estarán de acuerdo sus fans, incluso aunque haya algo de verdad en ello. Mientras que han sabido mantener su sello de identidad original, el grupo ha sabido evolucionar lo suficiente para que sigan siendo interesantes de escuchar. ¿Cómo? Incrementando la presencia de melodías y ambientes, lo que diversificó su sonido e hizo que la banda siguiera avanzando en la escena con momentos memorables y trabajos muy sólidos.

Lamentablemente, The Violent Sleep of Reason detiene ese flujo de ideas interesantes y recuerda a la naturaleza impacable de Chaosphere, pero en un escalón inferior. Esto suena a Meshuggah volviendo a sus raíces, con unas canciones más directas y menos progresivas. Está compuesto casi enteramente por riffs rompedores y breakdowns polirítmicos, así que podríamos decir que la formación ha decidido apostar muy fuerte por los grooves potentes. ¿Significa esto una muestra de poderío instrumental y caña o una banda que llega a su punto y final en inspiración? La respuesta radica a medio camino.

Los seguidores fieles no necesitan preocuparse sobre este álbum ni por ser decepcionados por este trabajo. Todas las marcas de la casa están aquí: locura en forma de groove metal y un fenomenal Thomas Haake a la batería. Aquellos que busquen un lado más dinámico en la música del grupo, sea con ambientaciones o con leads de guitarra misteriosos, acabarán topándose con poco que rascar, más allá del surrealista outro de “Stifled”, una de las canciones más destacadas del CD. En su lugar, el grupo mantiene las cosas masivamente contundentes, interpretando con furia y sacándole partido a esa manera de tocar “como si fueran máquinas” por la que son tan conocidos. A pesar de que no faltan momentos en los que tocan de manera increíble, las propias composiciones tienen una naturaleza mucho menos “rematada” que los últimos trabajos de Meshuggah.




La mayoría de las ideas buenas parece que se acabaron en “Clockworks”, encargada de inaugurar el disco. Los siguientes cortes caen en la monotonía y no tienen cualidades que las hagan diferenciarse entre sí. Cada canción es sólida por sí misma, pero no tienen la suficiente personalidad o creatividad que sabemos que el grupo tiene y que mostró en anteriores obras. Las cualidades tribales, repetitivas y machaconas de Meshuggah siguen ahí, sin esa personalidad y cambios imprevisibles que esperábamos de ellos. Hay algunos leads de guitarra disonantes bastante variados, y partes con solos que son de lo más memorable del álbum. Concretamente, “The Violent Sleep of Reason” y “Nostrum” se benefician de unos solos de guitarra caóticos y maravillosos que están muy bien acompañados por la frenética batería de Thomas.

No hay duda de que el virtuosismo instrumental se mantiene a tope, con esos cambios de tempo frenéticos y la magia de las guitarras que escuchamos, por ejemplo, en la ya mencionada “Clockworks”. Mientras que estas partes álgidas son muy satisfactorias, hay otras partes que no lo son tanto. Esos bajones empezaron a verse en Koloss, pero aquel trabajo tenía todavía ideas y experimentos que eran interesantes. No es así en este caso.

El grupo supo mantener el nivel desde la obra maestra Destroy Erase Improve en ObZen, y también en Koloss. Desgraciadamente, Meshuggah están ahora como estancados. Intentando enfatizar la locura machacona y metalera y revivir las genialidades instrumentales y técnicas, parte de la personalidad del conjunto desaparece en el proceso.

Conclusión

Los breakdowns combinados con un groove metal técnico hicieron interesante escuchar el sonido robótico y contundente de Meshuggah durante dos décadas. Pocos grupos que emergieron después del éxito de “Bleed” lograron mantener esas habilidades compositivas como ellos, pero desgraciadamente esa creatividad ya no está ahí. Una interpretación vocal monótona tampoco ayuda, a pesar de que hay buenas letras. Que las guitarras más agudas y una gran variedad de baterías sean los ingredientes que ponen las cosas interesantes no son suficientes. Aunque la maestría instrumental sigue impresionando como siempre, el resultado final se sigue disfrutando, pero pierde un aspecto clave que fue el que hizo que el sonido mecánico de Meshuggah mereciera la pena al principio.

Adaptación al español de la crítica de Ben Kuettel.

Ficha

Discográfica: Nuclear Blast
Fecha de publicación: 7 de octubre de 2016
Tres canciones fundamentales: “Clockworks”, “Stifled”, “Nostrum”
Escúchalo: en Spotify
Cómpralo: en Amazon, iTunes

Portada

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Listado de temas

  1. Clockworks
  2. Born In Dissonance
  3. MonstroCity
  4. By The Ton
  5. Violent Sleep Of Reason
  6. Ivory Tower
  7. Stifled
  8. Nostrum
  9. Our Rage Won’t Die
  10. Into Decay

Gira

Meshuggah estará tocando en Madrid y Barcelona en noviembre de 2016. Estos son los detalles:

  • 29 de noviembre de 2016, Madrid (La Riviera) + High On Fire [Entradas]
  • 30 de noviembre de 2016, Barcelona (Razzmatazz 1) + High On Fire [Entradas]

Nada por ahora en Latinoamérica. Más info en su web oficial.

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