El nuevo disco de Opeth se llama Sorceress y ya van doce en la trayectoria de la banda liderada por Mikael Åkerfeldt. Su anterior trabajo, Pale Communion (2014), nos dejó maravillados a pesar de que se consolidó el giro musical del grupo, alejándose todavía más del metal extremo y acercándose más al rock progresivo. Este Sorceress sigue esos mismos pasos.
El inicio con guitarra española de “Persephone” supone una bonita introducción acústica en la que escuchamos una voz femenina recitar “A beloved name inside my heart, a fleeting glance became the start. A missing word, I am still awaiting, a wretched deception I am creating”. Justo después da comienzo “Sorceress”, que con ese piano eléctrico nos traslada inmediatamente a la psicodelia de los años 60 y 70. Luego viene la parte de la estrofa, en la que escuchamos unas guitarras muy rudas y bien protagonistas, con un ritmo stoner machacón y un Mikael cantando (en limpio) con mucho estilo y animándose a romper la voz en las notas más agudas. Una parte muy cañera que se contrapone a la instrumental que viene justo después, en la que se intercalan partes con guitarra eléctrica en limpio casi jazzeras con golpazos a destiempo. Y para acabar una outro casi onírica que sirve de punto de partida para un final alocado y muy progresivo. Todo ello en menos de seis minutos.
“The Wilde Flowers” tiene un aire más rockero, casi heavy, con un ritmo más juguetón sobre el que Mikael se luce con una interpretación vocal chulesca y teatral. El primer tramo sigue este patrón rockero, con mucho cambio (y con una batería excelente), y a partir de aquí va iterando con partes más calmadas, con un solo de guitarra magistral y un nuevo set de melodías vocales que rozan lo creepy. Es exquisita la parte instrumental calmada, con una base de órgano y una guitarra eléctrica en limpio maravillosa que acaba sirviendo para unas cuantas estrofas más (en las que Mikael canta muy, muy bien) y, posteriormente, dan paso a un final con doble pedal ultra cañero.
“Will O The Wisp” es una canción folk con un aire muy juglaresco que se mantiene acústica hasta más o menos la mitad. Tiene un aire optimista y unos coros vocales bastante bien trabajados. Cuando entra la batería sigue el mismo patrón, con la diferencia de que poco a poco va entrando una cálida guitarra eléctrica en limpio que jugutea entre verso y verso. Una gozada para los oídos.
Agárrate antes de “Chrysalis” porque es una de las más cañeras. Arranca con potencia con un ritmo contundente y heavy y con un Mikael cantando agudo y conciso y enseguida acaba tornando en algo más progresivo con tintes de Deep Purple. Musicalmente parte de una estructura sencilla, pero la interpretación de todos los integrantes es buenísima. Ya verás cuando llegues al final, no parece la misma canción. Juegan muy bien con el cambio de intensidad y el contraste le viene genial.
“Sorceress 2” tiene un cuerpo acústico con algunos arreglos de viento y la voz de Mikael suena muy fina y angelical. Es una balada con una riqueza armónica grande y también una de las más cortas del álbum. Por cierto, sí, puedes poner “Sorceress” y “Sorceress 2” una detrás de otra y tienen cohesión musical, como si fuera una misma obra partida en dos.
Con “The Seventh Sojourn” nos encontramos a unos Opeth arabescos, con percusiones acompañando las melodías exóticas y una producción muy cuidada para una casi instrumental completísima y en la que la banda demuestra que no sólo el rock/metal se les da bien. Decía lo de casi instrumental porque al final irrumpe Mikael con unos versos etéreos sobre una cama de piano que rematan un corte extraño, pero satisfactorio.
La mejor composición del CD es, sin duda, “Strange Brew” y no sólo porque en los casi nueve minutos que dura la formación tenga tiempo suficiente para explorar estilos y modular a placer, sino porque el resultado final es de los más redondos de este Sorceress. Arranca lento y suave, con melodías preciosas, y luego entra todo el grupo con todo, con una batería impresionante y una alta intensidad que queda en impasse cuando vuelve a entrar cantando Mikael, con mucha garra y con una ambientación muy rockera. El trabajo de la guitarra solista es, simplemente, maravilloso. Mucho gusto, limpieza en la ejecución y composición por el todo, no por destacar individualmente. El pesado final es un remate más que digno para una de esas canciones largas que hay que degustar tranquilamente y con unas cuantas repeticiones.
Vuelve el aire juglaresco, esta vez en “A Fleeting Glance”, que opta después por un camino más retro con ese órgano agolpando el ritmo y la voz. Es una canción con mucho cambio, en la que los contrastes son la tónica general, aunque también es cierto que es una de las más enrevesadas y marcianas, la que menos hecha para todos los públicos está. Tiene un desarrollo muy completo, pero es lo suficientemente lenta como para que muchos oyentes se pierdan por el camino. Mi consejo: si ves que te pierdes con esta canción, intenta llegar al final, que tiene una conclusión bastante buena, con una guitarra eléctrica genial.
Muy bonito el piano inicial de “Era”, que nos sosiega antes de la verdadera tormenta. Unas estrofas rápidas y jugando con los cambios de tempo sirven para construir una canción cañera en la que Mikael canta con casi el mismo registro que ha empleado en todo el disco (sí, malas noticias si no te gusta). La repetición de las estrofas se rompe con un estribillo final muy brillante y pegadizo, algo insólito en Opeth pero que les queda muy bien. Una de las fundamentales del álbum.
Y cerramos con “Persephone (Slight Return)”, que retoma el patrón de piano inicial de “Era” y lo sirve a modo de outro reflexiva.
Conclusión
Definitivamente, Opeth es una de las mejores formaciones del rock duro actual y lo demuestran con este Sorceress. Son únicos a la hora de crear composiciones mezclando estilos, con el “progresivo” ya como bandera propia.
Dicho lo anterior, creo que no llega a la altura de Pale Communion, que fue brillante de principio a fin, sobre todo porque han optado por una vía sonora que parece demasiado repetitiva o esperable en determinados puntos. Aquí tiene mucho que ver la tarea de Mikael en la voz, que aunque la maneja muy bien, usa un registro y timbre muy parecido en todos los temas, algo que choca con la gran riqueza instrumental. También ese toque “retro” se convierte en personalidad propia, pero creo que podrían haber experimentado más con otros sonidos actuales, no tan chapados a la antigua, y el contraste habría sido mayor y más ameno de escuchar. En cualquier caso, todo esto es por ponerle alguna pega, porque en su conjunto es un genial disco y que recomendaría a cualquier seguidor del rock progresivo.
Ficha
Discográfica: Nuclear Blast
Fecha de publicación: 30 de septiembre de 2016
Tres canciones fundamentales: “Sorceress”, “Strange Brew”, “Era”
Escúchalo: en Spotify
Cómpralo: Amazon, iTunes, Nuclear Blast (físico)
Portada
Listado de temas
- Persephone
- Sorceress
- The Wilde Flowers
- Will O The Wisp
- Chrysalis
- Sorceress 2
- The Seventh Sojourn
- Strange Brew
- A Fleeting Glance
- Era
- Persephone (Slight Return)
Gira
Opeth tiene unas cuantas fechas confirmadas por Estados Unidos y Europa, pero nada por ahora en España o Latinoamérica. Más info en su web oficial.
Lo que comienza en Sorecess no es un sintetizador, es un piano eléctrico (supongo que un Fender Rhodes), solo que bastante saturado, por eso suena así de roto y quizá te ha confundido
¿Seguro? A mí me suena más a un Minimoog
Bastante seguro, sí. Escucha los discos de Miles Davis de los setenta (Bitches Brew, Live Evil, Black Beauty…) ahí Chick Corea y Keith Jarret saturan así de bestia sus pianos eléctricos. Un Minimoog no puede ser porque si te fijas se tocan varios acordes y el Minimoog es monofónico. De hecho hay poquísimo sintetizador en el disco, son todo órganos y Rhodes. El piano eléctrico es un instrumento muy muy versátil, a mí me gusta mucho
Ok, lo matizo en el texto entonces 🙂
Gracias!
El instrumento que mencionan es un Mellotron muy utilizado a finales de los 60’s y los 70’s.
En lo referente al disco, me considero gran seguidor de la primera etapa de Opeth, por lo que este Sorceress me resulta no malo, soporífero. Ni siquiera tomándolo como progresivo puedo decir que me agrade.
Hola, el disco decepciona un poco. No es soporífero como dice Magic Rock!, pero está a años luz de Pale Communion. El sonido, la batería, la voz de Mikael, todo aquí es inferior al disco anterior. El problema es que con ‘Pale’ Opeth puso la vara muy alta, es de lo mejor de toda su discografía. Con respecto al cambio en la voz de Mikael obedece, a mi entender, además de un cansancio o saturación de estilo, a una cuestión de salud bucal: si seguía cantando así, con el tiempo no iba a poder ni hablar (sus cuerdas vocales, agradecidas). Saludos desde Argentina.