El nuevo disco de Foo Fighters se llama But Here We Are (Pero aquí estamos) y es el primer trabajo tras la muerte de Taylor Hawkins el año pasado. Lo escuchamos.
Hay algo fascinante sobre el lugar de Foo Fighters en el zeitgeist musical. Al fin y al cabo, se trata de un grupo que produce rock de radiofórmula poco destacable (aunque decente), cuyos mejores trabajos se remontan casi exclusivamente a décadas pasadas, y que sigue atrayendo a un público considerable incluso entre el tipo de hipsters y aficionados a géneros oscuros que suelen predominar en el tipo de sitios web frecuentados por obsesivos de la música.
Hay muchas razones para ello: Dave Grohl parece un tipo bastante guay, todavía mantiene cierta “credibilidad” por su asociación con Kurt Cobain, posiblemente el último verdadero icono del rock, incluso el material más flojo de la banda es al menos “más o menos bueno”, y Wasting Light, de 2011, pareció señalar un repentino renacimiento en la decadente fortuna de la banda y le dio más tiempo para muchos, incluso si ese nivel mejorado de calidad se desvaneció de nuevo tan rápido como llegó. Sin embargo, es un poco extraño que, después de todos estos años y todos esos discos mediocres (sobre todo recientemente), todavía haya un público dispuesto a escuchar el último trabajo de Foo Fighters, el mismo tipo de gente que no le daría ni la hora a otro grupo con un perfil similar.
Bien, ahora déjame poner todas mis cartas sobre la mesa. He pensado bastante en este tema, porque soy una de esas personas. Foo Fighters fueron una banda clave en el comienzo de mi exploración de la escena del rock contemporáneo, tras centrarme inicialmente sólo en artistas “clásicos” de los 60, 70 y 80. Si ahora vuelvo menos a ellos, sus primeros trabajos siguen siendo bastante buenos, y The Colour And The Shape se acerca bastante al estatus de clásico. Y sí, Dave Grohl parece un tipo bastante guay. Todo esto para decir que, incluso después de tres álbumes seguidos que han sido tenuemente “decentes” en el mejor de los casos, sigo en el tren de Foo Fighters por otro disco, aunque a veces me pregunto por qué.
Ahora, por fin llegamos a But Here We Are. El título del álbum es notablemente ambiguo. Por un lado, cuando se evalúa junto a una obra de arte que parece aspirar a ser lo menos descriptiva posible sin ser un lienzo en blanco, parece una frase desechable de una banda veterana: “bueno, ya han pasado unos cuantos años, mejor sacar otro disco”. Por otro lado, con la muerte de Taylor Hawkins el año pasado, el título adquiere una interpretación más conmovedora: un reconocimiento de que uno de los miembros más veteranos de la banda ya no está con nosotros, pero que sus compañeros intentan continuar su propósito dejando que vea la luz nueva música.
De hecho, no hay duda de que la muerte de Hawkins se siente omnipresente incluso en la escucha más superficial de But Here We Are. Las letras de Foo Fighters nunca han sido particularmente complejas, y nada ha cambiado aquí en ese sentido. Una canción como “Under You” contiene líneas como “someone said I’ll never see you again” (alguien dijo que nunca volvería a verte), casi empalagosamente cliché, pero perdonables por ser igualmente sentidas.
En otros momentos, sin embargo, la franqueza es muy eficaz, con la letra directa de “Hear Voices” (“he estado escuchando voces, ninguna de ellas eres tú”) que se siente como un puñetazo en las tripas, mientras que “The Teacher” desvela una serie de frases bastante convincentes, por ejemplo, “el tiempo no esperará, el aquí y el ahora se separarán”. Todo esto viene a decir que, mientras que en álbumes anteriores, la producción de Foo Fighters podría verse mejor como simples canciones de rock, con las letras como aditivos (en su mayoría) olvidables, en But Here We Are adquieren una mayor importancia relativa, sin ser especialmente sofisticadas.
Este álbum no encuentra exactamente un estado de ánimo coherente, pasando de la tristeza absoluta a la rebeldía y viceversa, pero está claro que se ve mejor a través de la lente del proceso de duelo, y hay un cierto atractivo visceral en su tirón de la fibra sensible.
Aparte del tema general de su narrativa, But Here We Are es un poco difícil de resumir (aunque el hecho de que Grohl toque la batería en todo el trabajo es notable). Es un disco que gravita hacia el lado más bombástico del sonido de la banda, aunque no es el caso de todos. El álbum parece tener un alcance un poco mayor que los últimos trabajos de Foo Fighters: si no tiene un concepto geográfico extenso como el (muy decepcionante) Sonic Highways, tiene mucha más identidad que el inerte Concrete And Gold y una duración significativamente mayor que el ligero Medicine At Midnight.
Con un total de cuarenta y ocho minutos, la mayoría de los temas son fácilmente digeribles, pero son varias de las canciones más largas las que resultan más distinguidas. En particular, el dúo final de “The Teacher” (que es el tema más largo de Foo Fighters) y “Rest” son inmensamente satisfactorios. No suponen una desviación total de la fórmula característica de la banda, repleta de un sonido de rock radiofónico y dinámicas alto/bajo/alto, pero las estructuras más arriesgadas consiguen animar la experiencia auditiva hasta un punto impresionante.
El resto del disco es un poco más heterogéneo, con varias canciones destacadas (como “The Glass”, una balada tradicional de Foo Fighters, pero bonita, y “Nothing At All”, un rockero con garra) que equilibran el material más débil, como la canción que da título al disco, que parece caer en la tendencia habitual de la banda hacia el territorio de “escuchable pero olvidable”, o el tema de apertura “Rescued”, que demuestra que Grohl canta y grita de forma tan elemental como siempre, pero carece de ganchos suficientes para lograr sus aspiraciones.
En conjunto, But Here We Are parece el sonido de Foo Fighters levantándose de la lona. La banda hizo lo que evidentemente sentían que tenían que hacer tras el fallecimiento de Taylor Hawkins: volcar su energía en un proyecto creativo y lanzar un puñado de nuevas canciones al vacío. Y, más allá de eso, han conseguido publicar su mejor álbum en más de una década (por desgracia, un logro menos notable de lo que parece).
Aunque no reinventan la rueda, y siguen luchando contra la sordidez ocasional, hay un montón de momentos aquí que simplemente provocan más entusiasmo y emoción de lo que he sentido en la música de Foo Fighters desde hace tiempo – esa línea mencionada y conmovedora en “Hear Voices”, el solo de guitarra en “Beyond Me”, básicamente todo durante los más de diez minutos de “The Teacher”, y el desvanecimiento conmovedor de “Rest” que termina el álbum: “En el cálido sol de Virginia, allí me reuniré contigo”.
Aunque ha sido un largo camino para Foo Fighters llegar a este punto, y este álbum no está a la altura de sus triunfos más lejanos, estos viejos rockeros han demostrado aquí que sigue habiendo algo de fuego en el vientre.
Adaptación al español de la crítica de Sunnyvale.
Ficha
Fecha lanzamiento: 2 de junio de 2023
Discográfica: Roswell Records
Mejores canciones: “The Teacher”, “Rest”, “The Glass”
Escuchar: en Spotify, Apple Music, YouTube
Comprar: en Amazon
Portada
Aunque parezca que no está, esta es la blanquísima portada del disco:
Lista de canciones de But Here We Are
Disco 1
- Rescued
- Under You
- Hearing Voices
- But Here We Are
- The Glass
- Nothing At All
Disco 2
- Show Me How
- Beyond Me
- The Teacher
- Rest
Gira
Foo Fighters estará actuando en festivales de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica este 2023, aunque por ahora no tiene ninguna fecha confirmada en España. Más info en su web oficial.
