Viagogo es una página web centrada en la reventa de entradas que acumula fraudes por doquier y gente estafada. Estas son las razones por las que no debes comprar ahí.
Viagogo lo deja claro desde el primer momento, se define como una página de reventa de entradas. Lo que antes se hacía mayormente (y todavía se hace) a la entrada del recinto donde se celebra el concierto, ahora discurre online y la página que aglutina la gran parte de este “negocio” es Viagogo.
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Viagogo fue fundada en 2006 en Londres y desde entonces opera en todo el mundo. Su forma de curarse en salud es destacar en la parte superior de su página principal el mensaje “Dependiendo de cuál sea la demanda de las entradas, la reventa puede conllevar que su precio nominal esté por encima”. Es decir, están advirtiendo de que vas a pagar sí o sí más que el precio original de la entrada, porque si no no tendría sentido la reventa y nadie ganaría nada.
Pero es que en algunos casos esto deriva en un abuso, quintuplicando el precio original y es posible que ni siquiera exista la entrada, y no puedas ni entrar al concierto. Tristemente, cada vez que se celebra un gran concierto, no falta algún asistente que se queda en la puerta porque trataba de entrar con una entrada fraudulenta de Viagogo, muchas veces duplicada.
Viagogo juega con la ansiedad de muchos fans que, resignados a no conseguir entradas por las vías oficiales, se ven dispuestos a hacerlo al precio que sea. Y normalmente no sale bien, no hay más que echar un vistazo a la opinión mayoritaria de los usuarios. Recomendamos siempre acudir a los canales de venta oficial de entradas, normalmente señalados por el propio artista / grupo o promotor del evento. En España los canales de venta más famosos son TicketMaster o Live Nation.
¿Cómo funciona Viagogo?
Viagogo basa su negocio en revender entradas de cualquier espectáculo: conciertos, fútbol, Fórmula 1, festivales y hasta monólogos. En muchos casos se dedican a acaparar la venta oficial de entradas, comprando gran cantidad de entradas (gracias al uso de bots) al precio original para luego revenderlas a un precio superior.
Obtienen también beneficios mediante la transacción entre usuarios, es decir, personas que quieren revender una o más entradas, fijando el precio a su gusto. Uno de los principales apartados de su página es “Vender”, donde puedes subir una entrada (sin ninguna garantía de que sea real) y esperar que alguien la compre.
El colmo de lo anterior es que en muchos casos las entradas anunciadas ni siquiera existen, porque lo más probable es que estén agotadas. También puede ocurrir que estén duplicadas, por lo que dos personas tendrán la misma entrada y tendrá más suerte la que antes llegue al recinto. Aunque la entrada exista, no es razonable que, por ejemplo para un concierto de Madonna, estén ofertando entradas… ¡a 8.500€!
Todo lo anterior no sería posible sin sus agresivas técnicas de marketing, que hacen creer a los usuarios que realmente “queda menos del 3% de entradas para el concierto” o “este evento se está vendiendo rápido en nuestro sitio web” o esas “2 entradas restantes” para que no se te escapen. Básicamente juegan con las prisas y las ilusiones de la gente a sabiendas de esos datos son, probablemente, falsos. Lo mejor que puede ocurrir comprando con Viagogo es que solo te hayan inflado el precio original, digamos un 30%, pero al menos te permita pasar al recinto.
Los canales oficiales de venta de entradas, conscientes de la situación, ya desde hace tiempo han tomado cartas en el asunto, por ejemplo enviándote las entradas solo poco tiempo antes del evento, para tener el control sobre ellas e impedir su reventa. TicketMaster por ejemplo inaugurado el sistema “fan a fan” de reventa legal de entradas donde todo queda bajo el amparo y regulación de su página, estableciendo un tope del 20% de subida de precio respecto al original.
Pese a que Viagogo sea una página que acumula fraudes e investigaciones debido a las continuas denuncias que hacen los usuarios, siguen operando como si tal cosa porque sitúan su modelo de negocio en una suerte de “vacío legal” y no hay manera de impedírselo. La mejor manera de dificultar su negocio es no acudir nunca a su sitio web y transmitir este mensaje a cualquiera que alguna vez se vea tentado de hacerlo.