El nuevo disco de Heat lleva a la venta casi un mes y, después de haberlo escuchado en profundidad, puedo asegurar que es uno de los mejores lanzamientos de hard rock de lo que va de año. En comparación con su predecesor, Address The Nation, este Tearing Down The Walls muestra a un grupo más maduro, más serio y menos glam. Se nota a primera vista en los títulos de las doce nuevas canciones (no hay mucho amor, sexo o fiesta por ningún lado, algo típico en bandas de este tipo), y se confirma una vez que empiezas a adentrarte en cada estrofa.
El primer single extraído de la placa, «A Shot At Redemption», fue la primera señal del giro hacia este planteamiento más serio. En su momento, me recordó a una especie de «Livin’ On A Prayer», no tanto porque piense que puede ser un hit intergeneracional, sino por la intención que intenta transmitir la letra: no hay que rendirse. Y, además, desde un punto de visto de ‘clase obrera’, de ‘currantes’. Tiene un aire muy bluesero, casi country, lo que refuerza ese espíritu de ‘nosotros podemos’, típico en el rock norteamericano. Estribillo repetitivo hasta la saciedad con el único objetivo de hacer cantar a todo el mundo en los conciertos. Pero comencemos por el principio del CD.
Una intro medio épica, medio esperanzadora con guitarra acústica y orquestaciones sirve de inicio del álbum. «Point Of No Return» es toda una bofetada de rock duro y melódico. Se nota que en la mezcla del disco han querido suplir la ausencia de una de las dos guitarras que había hasta ahora (Dave Dalone, guitarra solista y compositor, se marchó a finales de 2013 antes de grabar Tearing Down The Walls) con un bajo muy presente y una batería robusta. Pero claro, la voz de Erik Grönwall llena con facilidad cualquier canción. ¡Qué voz! Es una de las canciones más accesibles del álbum a la primera escucha.
Después de «A Shot At Redemption», segunda en el listado, llega «Inferno», probablemente una de las más cañeras y rápidas del álbum. Si eres fan de Address The Nation, te gustará este corte. Tiene una estructura directa al cuello y acaba dirigiéndose hacia un estribillo dividido en dos partes; el principal, con coros de ‘uuuh’, y un remate para recordarte cómo se llama la canción. Debe ser toda una bomba en directo este tema.
«The Wreckoning» es una instrumental de un minuto, muy a lo thriller de serie de televisión, que empalma con «Tearing Down The Walls». Nuevamente, Heat bebe de influencias del rock americano y comienza con una guitarra acústica + estrofa pop que desemboca en un estribillo más pop todavía. Creo que es una de esas canciones que puede causar un rechazo a los que buscan sonidos más duros, pero ese aire de himno tipo «We Are The World» acaba casando bien con el espíritu de ‘si nos unimos, podemos’ que tiene el disco. Me gusta porque es de esas canciones que no dejará indiferente; o la odias o la amas.
Uno de los experimentos del álbum es «Mannequin Show», una medio tempo que, lo siento, tengo que decirlo, me recuerda demasiado a «Ooops…I Did It Again» de Britney Spears. No sólo porque el estribillo sea algo semejante al de Britney, sino porque no deja de ser una canción pop con guitarras eléctricas de fondo. Y de lo peor del disco pasamos a casi lo mejor. «We Will Never Die» es otra medio tempo, pero con una fuerza y un estilo brutales. La batería y el bajo hacen un matrimonio perfecto y sensual, y, en general, es una prueba de que Heat también bebe del rock sueco (¿hola Europe?) y lo sabe llevar al territorio que se le da tan bien: estribillos comerciales y contundentes. «Emergency» es otro de los aciertos de este trabajo. No deja de ser una canción típica hardrockera con el sello de Heat. Con la diferencia de que no todos los grupos tienen a Erik en sus filas. Para disfrutar de principio a fin.
«All The Nights» es la balada. Fórmula de piano y voz que tanto hemos escuchado en el rock. La pega que le encuentro, y disculpad si soy demasiado crítico, es que esta canción parece la banda sonora de una película de Disney o un musical de Broadway. Son tipos de música que me gustan en su contexto, pero no en un disco de hard rock como este. Junto con «Mannequin Show», me parece que es de los temas que sobran porque chirrían con el resto.
Los últimos tres cortes del disco esconden más canciones directas y estribillos comerciales. «Eye For An Eye» cruza de nuevo esa peligrosa línea con un estribillo demasiado ‘popero’, pero el resto es bastante guitarrero, así que diría que compensa. «Enemy in Me» es otro de los temazos del disco, hecho para gritar a pleno pulmón en directo. No da tregua en ninguna parte de la canción. Por último, «Laughing At Tomorrow», que recupera el aire de himno que escuchamos en «A Shot At Redemption» y en «Tearing Down The Walls». Un buen cierre para una banda que tiene mucha vida por delante y que justo intenta transmitir la idea de ‘nos reiremos de todo esto en 20 años’.
¿En resumen? Tearing Down The Walls es un disco que debes escuchar si te gusta el hard rock melódico. Echo en falta mucho a Dave Dalone, sus solos de guitarra magistrales y su elegancia a las seis cuerdas, de la misma manera que me sobran los coqueteos con el pop en este álbum. No sabría decir si le sienta del todo bien a una banda como Heat este estilo más maduro, más Europe actuales, más serios y reivindicativos. Está genial que intenten criticar y animar a que la gente se movilice a través de sus canciones, pero creo que esos Heat con toques AOR tenían más personalidad y más valor como grupo. A pesar de ello, son una máquina engrasada tanto en el estudio como en directo. Ahora falta saber si la suerte y el público acaban convirtiendo a Heat en el Bon Jovi de los años 80 de nuestra época.
Ficha
Discográfica: earMUSIC
Fecha de publicación: 11 de abril de 2014
Tres canciones fundamentales: «Point Of No Return», «Inferno», «We Will Never Die»
Escúchalo: en Spotify
Cómpralo: en la tienda oficial de H.E.A.T, en Amazon o en iTunes
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