50 años del disco maldito precursor del punk: Iggy & The Stooges — Raw Power 50th Anniversary Legacy Edition: crítica 

Repasamos este icónico disco que acaba de estrenar una edición 50 aniversario.

Analizamos el disco maldito precursor del punk. 

KO metálico

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El 9 de febrero de 1974 Iggy Pop & The Stooges ofrecieron un bolo destructivo en el Michigan Palace de Detroit. Scorpions, una banda de motoristas que no tiene nada que ver con el grupo clásico Scorpions, había decidido convertir la actuación en una batalla campal. Por suerte para el grupo, contaban con God’s Children, club enemigo de los primeros. Botellas de cerveza, lapos, verduras, huevos, piedras, cuchillos, cinturones, zapatos, ropa interior y bolsas de maría volaban hacia el escenario. La Iguana devolvía los proyectiles, insultaba a la audiencia y cantaba a duras penas.

Aquel concierto fue el colofón de una gira caótica propulsada por grandes cantidades de heroína y vodka. La banda llevaba demasiado tiempo al filo del abismo; tarde o temprano el espectáculo debía terminar. El Michigan Palace significó el punto y aparte —hasta su inesperado retorno en 2003— de una de las carreras más demenciales e inspiradoras de la historia del rock. Jesús ama a The Stooges.

El chico olvidado por el mundo

En septiembre de 1971, The Stooges se habían disuelto. Iggy Pop se encontraba en Nueva York siguiendo un tratamiento de metadona, intentando retomar contactos y reflotar su carrera. Nadie olvidaba al personaje que había interpretado previamente: una criatura suicida con el pecho desnudo, embadurnada de mantequilla de cacahuete, sangre y sudor. Un frontman salvaje dispuesto a sacrificarse sobre las tablas que se lanzaba de cabeza al público, enseñaba su miembro viril, vomitaba detrás de los amplificadores, caminaba sobre las mesas de los clubes, agredía al respetable y se revolcaba sobre cristales rotos. Rock & Roll en estado puro. 

The Stooges eran primitivos, una fuerza de la naturaleza imposible de dominar. Al igual que sus paisanos MC5, ofrecían un blues anárquico filtrado por una muralla de Marshalls a todo volumen. Unos arrabaleros que conocían los suburbios, las cloacas, las enfermedades de transmisión sexual, los agujeros en el brazo y los garitos sórdidos de primera mano. Su música era abrasadora, teñida de nihilismo, rabia y desesperación; el reflejo del final de los convulsos años sesenta. Nadie había cantado de aquella forma sobre una sociedad decadente, dominada por la apatía y la corrupción. The Velvet Underground fueron pioneros; su sonido palpitante y amenazador abrió las puertas al resto de las formaciones. Hedonismo, zambullirse en el vacío sin temor a las consecuencias: Alice Cooper era teatral, The Stooges pecaban por exceso de realismo. Solo quedaba la ira o, en su defecto, el esputo. 

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La Iguana en acción

Los seminales The Stooges (Electra Records, 1969) y Funhouse (Electra Records, 1970) pasaron desapercibidos, sus conciertos resultaban problemáticos y todos se encontraban enganchados a las drogas duras. James Williamson, guitarrista que conocían desde los tiempos del Chelsea cuando grababan su primer elepé, los acompañó durante aquellos años. Tocaba un rock enérgico y sofisticado. Los narcóticos, la locura y la sordidez aumentaron a raíz de su ingreso. Nadie imaginaba que terminaría erigiéndose como líder musical del grupo.

En tales circunstancias, la discográfica rescindió el contrato, no obstante, al mismo tiempo, quiso fichar a la Iguana como cantante en solitario. El plan no llegó a buen puerto, sin embargo, funcionaría en un futuro inmediato con Columbia Records. Por ello la formación remodelada —Pop, Williamson, Ron y Scott Asheton— cambiaría de nombre para cubrir todos los fuertes posibles. 

Gracias a su amigo Danny Fields, Iggy asistió a una fiesta en el Max’s Kansas City en la que se encontraba David Bowie. Este había declarado en las páginas de Melody Marker que la Iguana era uno de sus cantantes favoritos. Aunque Iggy estaba hecho un desastre, logró conquistar al británico. Bowie aún no se había convertido en una superestrella, lo conseguiría meses después con Ziggy Stardust. Al día siguiente, ambos se reunieron con el mánager de Bowie, Tony DeFries, en el Warwick Hotel para firmar con MainMan como representante. Fiel a su palabra, en marzo de 1972, DeFries le consiguió un contrato con Columbia Records por dos álbumes. 

Aquel golpe de fortuna devolvería a Iggy a la industria. Junto a Williamson, partió a Londres dispuesto a grabar un disco. Su relación con Ron Asheton se encontraba de capa caída, James era ambicioso y un excelente guitarrista que podría impulsarle hacia el futuro; la elección fue obvia. En Inglaterra probaron con diferentes secciones rítmicas, pero ninguna estuvo a la altura. A pesar de todos los desastres, luchas internas, problemas y estupefacientes, Iggy tomó la decisión de reunificar a The Stooges. Asheton se tragó el orgullo y acudió junto a su hermano a la llamada de la Iguana. A partir de aquel momento pasaría a tocar el bajo. 

Forasteros en tierra extraña

Las sesiones de grabación fueron fecundas. Limpios de drogas y comprometidos, trabajaban seis días por semana. Aunque grabaron temas del pasado como “I Got a Right”, “I’m Sick of You”, “Gimme Some Skin” o “Scene of the Crime”, iban desarrollando un nuevo repertorio. Rock genuino, rápido y furioso, con mínimos oberdubs y pistas añadidas. Para decepción de Ron Asheton, no pudo participar en la composición de los cortes, solo en los arreglos. Pop y Williamson habían formado un tándem, el resto tenía que realizar el papel de músicos de acompañamiento, por no decir subalternos. 

A 15 de julio, un concierto de reaparición en el club King Sound engrasó a la banda. Fueron cuarenta minutos de anarquía que dejó anonadado al respetable; los de Míchigan no bromeaban. Acorde al signo de los tiempos, actuaron maquillados. Iggy llevaba unos pantalones de cuero plateados, pelo teñido de rubio platino, rímel, sombra de ojos y pintura de uñas negra: la imagen sexy y poderosa que inmortalizaría Mick Rock (Blondie, Queen, Syd Barrett) en la portada del inminente Raw Power.

John Lydon (Sex Pistols), Brian James (The Damned), Mick Jones (The Clash) y Susan Janet Ballion (Siouxsie & The Banshees) —la próxima horneada de estrellas del rock británico— se encontraban presentes. Las críticas fueron magníficas. En una conferencia de prensa en el Dorchester Hotel, Mick se encargaría de una de las fotografías más icónicas de los setenta: Bowie, la Iguana y Lou juntos. 

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El triunvirato sagrado de los setenta

Cuando el álbum estuvo finalizado, los ejecutivos de CBS quedaron en shock. El sonido era neurótico, violento y animal; una herida supurante que no cesaba de sangrar. Ninguno se encontraba preparado para aquella descarga de electricidad primigenia. Iggy había perdido el norte respecto a la mezcla, por mucho que trabajara en la misma, no conseguía que el sonido fuera tan duro y afilado como deseaba. De nuevo se encontraban en la cuerda floja: una compañía que no los respaldaba, cero conciertos en el horizonte y la incomprensión de su entorno. «Falta de demanda» argumentaba DeFries. Siempre se rumoreó que MainMan prefería invertir en Bowie, Lou Reed y Mott the Hopple antes que en la Iguana. El grupo recaería en sus peores hábitos: codeína, tranquilizantes, farlopa y caballo se convirtieron en compañeros habituales. 

El lanzamiento de una obra maestra 

Hartos de la pérfida Albión, cuando regresaron a Estados Unidos, Bowie se encargaría de remezclar el disco en los estudios Western Sound de Los Ángeles: unas instalaciones baratas con una mesa de cuatro pistas de pésima calidad. Habían agotado todo el presupuesto de la discográfica; más que una labor creativa, fue una misión de salvamento. Hecha con prisas y sin experiencia, la sección rítmica suena apagada, los teclados y los coros desaparecieron, la Gibson de Williamson destacaba sobre el resto de los instrumentos y la voz de la Iguana se ubicó en primer plano. Durante décadas, el sonido de Raw Power ha sido motivo de discordia. En 1997 Iggy efectuó su propia remezcla que tampoco llegó a satisfacer al público. Con la intención de recuperar la fiereza original, otorgó más protagonismo a la sección rítmica, subió los graves y niveles de audio hasta el rojo. James Williamson y Ron Asheton la criticaron duramente, alegando que preferían la antigua, con sus virtudes y defectos. Una disputa que nunca tendrá solución. 

Raw Power (Columbia Records, 1973) es un disco peligroso y cortante. Poco tenía que ver con el glitter —T-Rex, Elton John, Slade, Roxy Music, The Sweet, David Bowie, etcétera— que triunfaba en la época. “Search and Destroy” evocaba las junglas de Vietnam, soldados muertos y napalm ardiente. “Your Pretty Face Is Going to Hell”, “Penetration”, “Raw Power” y “Shake Appeal” son números desquiciados que hacen sangrar los oídos. Williamson conduce a sus compañeros a otro nivel con sus riffs stonianos hirientes como alambre de espino. “Gimme Danger” y “I Need Somebody”, baladas esquizofrénicas que tratan sobre el deseo y la muerte, no encajaban con los temas pop que dominaban la radio. A destacar el cover de “Gimme Danger” interpretado por Ewan McGregor como Curt Wild en Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998). “Death Trip” es un viaje febril a la profundidad del caos que sirve como resumen de las intenciones del elepé. Las letras son viscerales, nihilistas y obscenas; la posibilidad de redención queda descartada. Iggy aúlla, susurra, gruñe y se desgañita en cada surco, un chaman paranoide dispuesto a arrastrarnos al infierno. No existe billete de vuelta; existencialismo americano llevado al extremo, sin concesiones. 

Era imposible comparar Raw Power, no existían precedentes. Su influencia resultó esencial en el movimiento punk que se perfilaba en el horizonte. New York Dolls, Television, Dead Boys, Patti Smith, The Dictators, Jim Caroll Band, Ramones, Blondie y Johnny Thunders & The Hearthbreakers sucumbirían a su hechizo en territorio estadounidense al igual que Sex Pistols, Buzzcocks, Dead Kennedys, The Clash, X-Ray Spex, The Damned y Sid Vicious en Inglaterra, y The Saints, Radio Birdman y The Birthday Party en Australia…. Solo para empezar. Como todas las obras transgresoras adelantadas a su tiempo, la historia le hizo justicia con el paso de los años. De hecho, continúa sonando moderno; nadie ha logrado tumbarlo sobre la lona. 

Excesos en Torreyson Drive

La banda alquiló una lujosa mansión de Torreyson Drive en las colinas de Hollywood donde continuaron sus excesos dionisiacos. Comenzaron a grabar nuevos temas —“Head On”, “Cock in my Pocket”, “Open Up and Bleed” y “Johanna”— para un hipotético segundo disco con Columbia. Nada de actuaciones, a DeFries solo le importaba la gira de Ziggy Stardust

Finalmente, el 3 de febrero de 1973 Raw Power salió a la venta en USA. “Search and Destroy” fue lanzada como single para promocionarlo. Guitarras poderosas, sección rítmica frenética; un himno que no ha perdido vigencia. El oráculo para los desheredados, la escoria de la calle, los que nunca encajarán en ninguna parte. Por desgracia, tal como sucedió con trabajos anteriores, la propuesta de Iggy & The Stooges fue un fracaso comercial. 

La formación se hundió en una espiral de estupefacientes, camellos, groupies y locura. Pasado de vueltas, Iggy perdió los papeles en una entrevista radiofónica, se desnudó y masturbó en directo y, para rematar la faena, intentó violar a la publicista Cherry Vanilla en el ascensor de la emisora. DeFries escupía fuego por la boca. 

Ansiedad por la destrucción 

Conflictos con MainMan, un concierto exitoso en el Henry & Edsel Ford Auditorum de Detroit, DeFries obligando a despedir a James Williamson por considerarlo una influencia perniciosa para la banda, amenazas de demandas legales si no le obedecían… Durante meses, los de Míchigan vivieron a todo trapo gracias al dinero de la compañía. Tal como era de esperar, los expulsaron de Torreyson Drive sin darles tiempo a hacer las maletas. David Bowie, inmerso en sus propios problemas, tanto financieros como cocaínicos, y dominado por su mánager, se encogió de hombros. DeFries se había hecho con el adelanto de 100.000 dólares de CBS, mantuvo al grupo en hibernación para que no le hiciera la competencia a Bowie y, cuando este alcanzó la fama, se deshizo de ellos lo antes posible. Así funciona el implacable negocio de la música.

La agrupación terminó en el Riviera Hotel, lugar frecuentado por las prostitutas de Sunset Boulevard, con los bolsillos vueltos al revés, sin guitarrista y una dependencia a los narcóticos insana. Un decepcionante concierto en Chicago con Warren Klein a las seis cuerdas, hace que Iggy reconsidere su postura y llame a Williamson para que regrese al redil. El resto de la historia es fácil de adivinar: giras extenuantes para sobrevivir, decadencia, nuevas canciones que nunca llegaron a grabar de forma oficial y la desintegración documentada en Metallic K.O. (Skydog, 1976). La leyenda no había hecho más que empezar.

Del grupo solo quedó cenizas, rencor y malos recuerdos. Iggy se convirtió en un adicto que daba tumbos por Hollywood buscando el mejor modo de llenarse las venas de jaco; las calles de Los Ángeles eran tan duras como las de Detroit. En un alarde de supervivencia, tomó la decisión de ingresar en el Instituto Neuropsiquiátrico de UCLA para librarse de sus adicciones. Solo Bowie continuó confiando en él. Gracias a su amistad, logró que la Iguana obtuviera un nuevo contrato con el que grabaría dos obras esenciales que le proporcionarían una carrera en solitario que perdura en la actualidad: The Idiot y Lust for Life (RCA, 1977). 

Material de Raw Power 50th Anniversary Legacy Edition

En el primer disco encontramos la mezcla original de 1973 de David Bowie. En el segundo la controvertida remezcla de Iggy Pop grabada en 1997. El lector es libre de elegir su favorita. 

En el tercer disco, un incendiario concierto ofrecido en Richards, Atlanta, en 1973 con Scott Thurston (Tom Petty & The Heartbreakers) al piano. Destacan “Heavy Liquid”, “Head On” y una “Open Up and Bleed” de diez minutos que sirve para cerrar la actuación. A diferencia de otras ocasiones, el sonido es bueno. La energía narcótica de la banda se aprecia sin problemas. 

El cuarto disco queda reservado para las caras B, remixes, descartes y temas inéditos que con el paso de los años, aparecerían en diversos bootlegs y piratas: “I Got a Right”, “I’m Sick of You”, una versión corta de “Head On”, mezclas alternativas de “Shake Appeal” y “Death Trip”, la excéntrica “Doojiman” y la veloz “Hey, Peter”

Ficha

Fecha lanzamiento: 5 de febrero de 2023
Discográfica: Columbia Records
Mejores canciones: “Search and Destroy”, “Gimme Danger”, “Penetration”, “Raw Power”
Escuchar: Spotify Apple Music YouTube
Comprar: Amazon

Portada

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Lista de canciones

David Bowie Mix

  1. “Search and Destroy”
  2. “Gimme Danger”
  3. Your Pretty Face Is Going to Hell”
  4. “Penetration”
  5. “Raw Power”
  6. “I Need Somebody”
  7. “Shake Appeal”
  8. “Death Trip”

Iggy Pop Mix

  1. “Search and Destroy”
  2. “Gimme Danger”
  3. Your Pretty Face Is Going to Hell”
  4. “Penetration”
  5. “Raw Power”
  6. “I Need Somebody”
  7. “Shake Appeal”
  8. “Death Trip”

Georgia Peaches (Live at Richards, Atlanta, Georgia, October 1973)

  1. “Introduction”
  2. “Raw Power”
  3. “Head On”
  4. “Gimme Danger”
  5. “Search and Destroy”
  6. “I Need Somebody”
  7. “Heavy Liquid”
  8. “Cock In My Pocket”
  9. “Open Up and Bleed”

Rare Power

  1. “I’m Hungry” (Outtake from Raw Power Sessions)
  2. “I Got a Right” (Outtake from early abandoned Raw Power Session)
  3. “I’m Sick of You” (Outtake from early abandoned Raw Power Session)
  4. “Hey, Peter” (Outtake from Raw Power Sessions)
  5. “Shake Appeal” (Alternate Iggy Mix)
  6. “Gimme Danger” (Josh Mobley Remix)
  7. “Death Trip” (Alternate Iggy Mix)
  8. “Doojiman” (Outtake from Raw Power Sessions)
  9. “Head On” (Rehearsal Performance)

Iggy & The Stooges — Raw Power (edición 50 aniversario)

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Iggy & The Stooges — Raw Power (edición 50 aniversario)
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Una obra maestra que conoce pocos precedentes en la historia del rock. El mejor modo de empezar con The Stooges, la banda salvaje que se adelantó al punk.
Una obra maestra que conoce pocos precedentes en la historia del rock. El mejor modo de empezar con The Stooges, la banda salvaje que se adelantó al punk.
5,0 rating
5/5
Puntuación iObra maestra.

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